El pasado 5 de junio un grupo de sujetos armados irrumpió en uno de los patios de maniobras del puerto de Manzanillo y se robó al menos 20 contenedores cargados con oro, plata y electrodomésticos, todo valuado en más de 12 mil millones de pesos, lo que podría significar el mayor robo en la historia del puerto y quizá de México.
Los ladrones ingresaron, amagaron a los guardias de seguridad y tuvieron la calma de abrir y revisar decenas de contenedores para cerciorarse de que se llevaban los correctos, además, tenían armado un plan de logística, pues usaron las grúas, plataformas y camiones necesarios para huir con el botín. Se estima que actuaron durante alrededor de 8 horas.
Pese a que las autoridades fueron los primeros en enterarse del mega robo, ni el ayuntamiento de Manzanillo, ni el gobierno estatal de Colima, ambos de Morena, dijeron una sola palabra o alertaron para localizar los contenedores y la carga robada. También autoridades federales, quienes están a cargo de la seguridad del puerto internacional, ocultaron el hecho hasta que medios de comunicación obtuvieron información y la divulgaron una semana después.
Más tarde, la fiscalía solo se limitó a confirmar el robo.
Por ahora se desconocen los avances en la investigación y el destino de lo robado que salió en más de 20 tráileres con destino desconocido.
Aunque antes la seguridad en los puertos y aduanas estaba a cargo de la secretaría de Hacienda, el presidente López Obrador por decreto le relevó esa tarea a la secretaría de Marina, según él para evitar corrupción, fraudes y robos.