A un año del “Culiacanazo”, la ola de homicidios no cesa en todo el país, aunque la liberación de Ovidio Guzmán fue bajo el argumento de pacificar el país, más de 60 mil muertos demuestran lo contrario y es que el crimen organizado hace de las suyas en diversos puntos del país.
Infanticidios, feminicidios, masacres, forman parte de los encabezados diarios, las pugnas entre criminales quitan la paz a la población, el pasado 17 de octubre, elementos de la SEDENA detuvieron en Culiacán, Sinaloa a Ovidio Guzmán hijo del narcotraficante Joaquín Guzmán Loera.
El hijo del capo de la droga contaba con una orden de detención provisional en Estados Unidos, posteriormente la FGR solicitó la orden provisional de detención, por lo que se procedió a ejecutarla.
La ciudad fue secuestrada por sicarios, hubo enfrentamientos, se registró la liberación de reos del reclusorio, un militar perdió una pierna y varios sicarios quedaron en el lugar.
El Presidente Andrés Manuel López Obrador ordenó liberar a Ovidio Guzmán con el argumento de pacificar al país, la familia del Chapo Guzmán agradeció al Mandatario la liberación, sin embargo, las masacres continúan y no hay pacificación.
En Sinaloa, donde ocurrió la liberación del capo se han registrado matanzas y enfrentamientos entre integrantes del Cartel de Sinaloa, que se dividió entre Los Chapitos que están en contra de la gente de “El Mayo” Zambada.
Tan sólo en Tepuche Sinaloa, se enfrentaron estos dos bandos dejando un saldo de 15 muertos entre ellos, pobladores que pasaban por el lugar, el Cartel de Sinaloa sigue sitiando pueblos, pese a la liberación de Ovidio Guzmán, la pacificación prometida nunca llegó, pareciera que el crimen organizado le tomó la medida al Gobierno de México.