En casos de robo sin violencia, los ladrones podrían tener una puerta de escape más para evitar la cárcel: cambiar su sanción por un tratamiento de adicciones.Como ejemplo de lo que podría pasar si comienza su aplicación sin filtros ni seguimiento, esto es la Justicia Terapéutica, una medida incluida en la Ley Nacional de Ejecución Penal (LNEP), cuya aplicación empezaría en noviembre de 2018. Ahora por ejemplo un ladrón que se robó algo de manera no violenta, puede argumentra que lo hizo para comprar drogas y evitar pisar la cárcel.

Su función, al menos en el papel, es propiciar la rehabilitación de personas sentenciadas que consigan pagar la reparación material del daño y que en el tratamiento tengan un esquema de estricto seguimiento.

Gerardo Ignacio de la Cruz Tovar, catedrático de la Universidad Panamericana, advirtió que el problema es que la medida puede aplicar a muchos supuestos.

“Aunque no exista violencia puede haber robos calificados, pero también puede haber fraudes y puede haber abuso de confianza”, señaló el especialista.

En el Artículo 176 de la LNEP se establece que tanto la Federación como los Estados deberán contar con centros de tratamiento propios.